Zarangollo ¡Una fiesta de sabores que te transportará a la tierra de las verduras!

El zarangollo es un plato tradicional valenciano que celebra la simplicidad y frescura de los ingredientes locales. Se trata de una especie de tortilla abierta, elaborada con calabacín, cebolla, huevo y aceite de oliva, que se cocina lentamente en una sartén hasta obtener una textura suave y cremosa.

Aunque su nombre pueda sonar un poco peculiar, el zarangollo es un plato sorprendentemente versátil y delicioso. Puede servirse tanto como tapa, acompañando a otros platos más contundentes, como entrante ligera o incluso como plato principal para una comida informal. Lo mejor del zarangollo es que se adapta a todos los paladares: a los amantes de la verdura por su frescura natural, a los adictos al sabor casero por su textura reconfortante y a quienes buscan un plato fácil y rápido de preparar.

Origen y Tradición

La historia del zarangollo se pierde en el tiempo, pero se cree que sus raíces están en la cocina campesina valenciana. Se trata de un plato que utilizaba ingredientes accesibles y abundantes en la región, como calabacín, cebolla y huevos frescos. Con el paso de los años, el zarangollo se ha convertido en un plato emblemático de la gastronomía valenciana, presente en la mesa de muchos hogares y restaurantes.

Ingredientes Esenciales

Para elaborar un auténtico zarangollo valenciano, se necesitan ingredientes simples pero de alta calidad:

• Calabacín: El ingrediente principal del zarangollo debe ser un calabacín fresco y joven, con piel fina y suave.
• Cebolla: Una cebolla mediana, preferiblemente de tipo dulce, aportará dulzura al plato.
• Huevos: Se suelen utilizar dos huevos por cada calabacín mediano. Asegúrate de que sean frescos para obtener una textura cremosa.
• Aceite de oliva virgen extra: El aceite de oliva es esencial en la cocina valenciana y aporta un sabor único al zarangollo.

Preparación paso a paso:

1. Lava y corta el calabacín en rodajas finas. También puedes rallarlo si lo prefieres, aunque las rodajas aportarán una textura más crujiente.

2. Pela y corta la cebolla en juliana fina.

3. En una sartén amplia, calienta abundante aceite de oliva a fuego medio. Añade la cebolla y cocina hasta que esté transparente y dorada.

4. Incorpora el calabacín cortado y cocina durante unos minutos más, removiendo ocasionalmente, hasta que se haya ablandado pero aún conserve un poco de textura crujiente.

5. Bate los huevos en un bol y salpimenta a tu gusto.

6. Vierte los huevos batidos sobre la mezcla de cebolla y calabacín en la sartén.

7. Baja el fuego al mínimo y cocina durante unos minutos, removiendo suavemente para que se integren todos los ingredientes.

8. El zarangollo estará listo cuando los huevos estén cuajados pero aún sean ligeramente jugosos.

9. Sirve inmediatamente, preferiblemente en platos individuales, y disfruta de este delicioso plato valenciano.

Variaciones del Zarangollo

Aunque la receta tradicional es deliciosa por sí sola, el zarangollo admite algunas variaciones que pueden personalizarlo a tu gusto:

Consejos para un Zarangollo Perfecto:

• Utiliza ingredientes frescos y de buena calidad para obtener el mejor sabor posible.

• No cocines el zarangollo a fuego alto, ya que los huevos se pueden secar demasiado rápido.

• Remueve suavemente la mezcla durante la cocción para evitar que se pegue a la sartén.

• Sirve el zarangollo inmediatamente después de cocinarlo, ya que pierde textura si se enfría.

Un Plato que enamora

El zarangollo es mucho más que una simple tortilla de verduras; es un plato lleno de sabor y tradición que te transportará a la tierra de las naranjas y el arroz. Su sencillez y frescura lo hacen perfecto para cualquier ocasión, ya sea un almuerzo informal o una cena especial con amigos.